Soy un hombre enamoradizo. Me enamoro casi todos los días y a todas horas. Estoy, por decir algo, enamorado de tu húmedo ser, de la húmeda tierra y de la humedad de nuestras nostalgias humanas. Esta noche, me enamoró la reacción química que ocurrió sobre tu bici verde. Un oxidamiento que le ha entregado en besos la lluvia y entre caricias el olvido. Y ayer, por ejemplo, me sentí en eterno amor con un espejo formado por la lluvia sobre el piso mojado. Podía ver la ropa interior de mis vecinas. Tan alto era el grado de amor que decidí trasvestirme a las 6:00 p.m. Saqué del cajón el espíritu sensual de un escritor que tiene como oficio ser carnicero y lo hice mío en una hoja. Le pinte mis besos al sellarla. Pero soy un hombre enamoradizo y me enamoran la s mujeres que sonríen. Estoy, por decir algo, enamorado del aroma que guarda la ropa al sacarla del clóset.