Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2010

Hemisferio norte.

2006. Tenía 16 años y puedo jurar que lo sentí.  Ahora es diferente. Pero aquella vez fue la primera. Queríamos brincar todas las galaxias juntos. Sé que no había un yo sin un él y viceversa. Trataré de explicártelo: Era celestial y celestialmente muchos de los poderes de humano se te van. Septiembre 2007. Otoño en hemisferio Norte. Lavaba mis manos mientras me miraba en el espejo. Los escalofríos de la desconfianza cubrían mis mejillas. Las fuerzas de humanos volvían a nosotros. Te miré pasar. Sospeché lo que dirías y quise decirlo yo primero. Ya no más de nuestra historia. Au Revoir. Ponía en alto volumen el reproductor en mis audifonos. Diste la vuelta. Corrí a lo más alto del edificio para mirarte partir. Para mirar nuestros últimos momentos. Creo que nuestra historia está escrita en el aire del tiempo, volando hacia algún lugar...continuando para siempre.

Para no enfermar.

Estás aquí.Me conservo extrañandonte. Tomo tu mano, la aprieto fuerte. Es un mensaje enviado. Nuestras cabezas no sintonizan. Te extraño menos cuando no estás conmigo porque la ilusión vive, entonces, me la cuento como los mitos se cuentan de aldea a aldea para que la historia se mantenga viva. ¡Ahora!  Hazme ya no pensar tanto cuando estoy contigo. Bésame, bésame, bésame. Bésame, bésame, bésame. Pásame el volante, por favor. Chocar, chocar, chocar. ¡Conduce a otra dirección por favor! Es un buen momento para no enfermar. Para reaccionar, curar lo males. Romper esta ronda de palabras sin necesidad de estar aquí y besarte, marcarte con la boca toda la fuerza salvaje que bombea mi corazón y comunicarte que te necesito. Es un buen momento para no caer en la enfermedad de no hacer nada.

Frases perdidas en diálogos a solas 8. Sobre quererte a ti siempre.

Ese pequeño infierno llamado reloj es algo que no quiero ver. Porque hoy nos enojamos y estaré puntual para no saber qué hora es. En casa, camino con el hueco de mis brazos, afuera veo llover. Seré necia y llamaré. No quiero que duré mucho tiempo, ya lo he mandado a romper. Las manecillas son la soga de los tontos. A ti te apuntan la nariz. Jugamos en números romanos a que nos tomamos todo el tiempo. Inventamos que se nos pierde el celular y no vemos el atardecer. Llamaré porque le has dado cuerda, al reloj de mi interior.

Peces.

No sé de definiciones Fer, pero decirte esta carta, no es  fácil porque en ti soy yo y ser yo es darte cada centímetro de error e imperfección que hay en esta persona que elegiste. Decirte dos palabras es decirte poco.  Ya soñé que te lo dije y afirmé que vivimos en un sólo ser que desayuna en ese hogar de paz  llamado tú. Lo sabes desde antes, lo sé, siempre ha sido difícil no desbordar algo que no cabe en esta estructura corporal. Te amo, es verdad. Te amo porque juntas somos peces, nos pintaron con pinceles que brillaban, nos escribieron los que buscan. Somos promesa, planes del futuro, páginas que se encuentran en cualquier parte del mundo. Nos volaron por el aire, como cometas, los niños que confiaban en caminar con los ojos cerrados a la orilla de un barranco.  Tengo tus manos y tus alimentos. Me acuesto y lloro. Éstos sentimientos sobrepasan el alma.  No sé si sepas que perdí nueve de diez temores al besarte y te dije por siempre. ¡Qué adolescente me vuelvo cuando

Frases perdidas en diálogos a solas 7. Sobre cumplir años.

Los números impares me gustan, a no ser el dos que tiene otro fin, el tú y yo. Si me gusta el siete es por como  como suena. Si me gusta el uno es por como toca y por como dibuja. Diecinueve me parece un buen número. Si me pongo a contar  me encuentro minutos efímeros y sé que tengo diecinueve años cuatro días días. Sólo puedo cantar lo que quedó en mi memoria.  Momentos Eternos tratando de superar la desaparición del cuerpo, lo que me hace ser diecinueve años, cuatro día días y seis horas con treinta y cinco minutos en este instante. Poco a poco, suspiro a suspiro se va formando el corazón y el pensamiento. A la cuenta me van anotando medidas del tiempo en amor.

Pensamientos perdidos en diálogos a solas 6, sobre algo llamado Semiología.

La rata en la alcantarilla, hija de Dios, la mariposa volando a posarse en tus labios. No me llames por mi nombre nuevamente que no soy lo que ves. No me llames nunca de ninguna forma cuando no me encuentro. Soy Fernando. Annabel. Soy el gato en el árbol y los cuervos que te sacan los ojos. No soy nadie. Soy todo lo que he dicho que soy. Nunca interpretes. Sienteme. Esa soy.

Mundos.

Me dan ganas de correr muchos mundos y un camino contigo. Viajar con miles de canciones que cuenten nuestra historia, poder tener siempre la oportunidad de ver tus ojos. Tener el close up a todo, todo de ti porque me encantas, aquella sensación antes de darte un beso como por primera vez, tocar tus labios y creer firmemente en lo que se siente sin necesidad de palabras .

Con la letra E.

    ¿Has escuchado alguna vez una melodía en piano que quisiste abrir toda la persiana para ver el sol? ¿Has tenido un motivo para brincar sin importar quién estuviese ahí o qué pasaba alrededor? A mí me pasa cuando hago de ti todo lo mío.    Tú eres todas las melodías que me levantan cada mañana y todas las que me hacen querer saltar. Eres mi mejor sueño. La mejor de mis historias. Eres el peor de los relojes porque no quiero medir el tiempo contigo.Sólo quiero estar ahí.      Contigo el cielo es amarillo porque siempre lo iluminas y el mundo es de colores porque definitivamente sin ti no sería así. Eres motivo. Causa y efecto. Reacción y acción de mi sonrisa colgada en este rostro.     Para mi felicidad están tus ojos, tu sonrisa y tú. Para mi amor está tu nombre.     Sé que sería feliz sin tenerte pero sé, jamás hubiera conocido la felicidad a este grado, ni hubiera sabido que las tormentas son pequeñas cuando tomo tu mano. Mi vida no tendría el color que tiene ahora y no sabría

Frases perdidas en diálogos a solas 4.

Soy un hombre enamoradizo. Me enamoro casi todos los días y a todas horas. Estoy, por decir algo, enamorado de tu húmedo ser, de la húmeda tierra y de la humedad de nuestras nostalgias humanas. Esta noche, me enamoró la reacción química que ocurrió sobre tu bici verde. Un oxidamiento que le ha entregado en besos la lluvia y entre caricias el olvido. Y ayer, por ejemplo, me sentí en eterno amor con un espejo formado por la lluvia  sobre el piso mojado. Podía ver la ropa interior de mis vecinas.  Tan alto era el grado de amor que decidí trasvestirme a las 6:00 p.m. Saqué del cajón el espíritu  sensual de un escritor que tiene como oficio ser carnicero y lo hice mío en una hoja. Le pinte mis besos al sellarla. Pero soy un hombre enamoradizo y me enamoran la s mujeres que  sonríen. Estoy, por decir algo, enamorado del aroma que guarda la ropa al sacarla del clóset. 

Monstruoso roedor mordiendo mis entrañas.

      Tienes algo y no sabes cómo llamarlo. Has aprendido a vivir a su lado, lo has cuidado,  lo has alimentado y lo has sentido desplazarse al tiempo de un caracol sobre tu pecho. El día exacto de su establecimiento no lo sabes. Tal vez se trate de aquello a lo que algunos llaman mancha de nacimiento. Incluso, no habría tenido ninguna relevancia, pero tarde o temprano empieza  a sentir la vanidosa necesidad de querer que se hable de él.                Sales corriendo en dirección a tu habitación, al llegar muerdes la almohada llenándola de lágrimas y tiras puñetazos al aire. Aquella cosa abre los ojos poco a poco. Su saliva está en la tuya. Sus palabras en tu oído.Tienes su saliva en tu oído. Retorcido sabes que no todos los niños sabemos que a solas podemos convertirnos en monstruos de cualquier tipo.  Monstruos tallados a mano por monstruos. Tienes nauseas, contracciones abdominales y esa tos que no puedes parar. Las viseras apestadas suben por tu garganta, tu lengua está paral

Uno diez.

UNO DIEZ. De la misma esencia en la que surge el aroma de la lluvia y  se evaporiza de las piedras, me anunció. Al mismo tiempo, otras nueve millones de personas                                                                                              nacen. Ahora, me esperan cargas de segundos para mi tiempo, un montón de bolsas minuteros que  guardan pensamiento, sentimiento y todo lo que existe.   Abiertas y selladas serán y volverán a ser. Un montón de conceptos fetiche que me cuelgan  a  la soga                                                     de mi olfato y mi tacto,  e se conjunto de hilos torcidos que me arrastran entre tanto verde, un breve gusto al desconocido bosque. Color,  recuerdo de la consistencia del puñado de partes niño,  de mujer y de ancianos                                                 que me tejen y me cocerán                                     por dentro todo lo que mis pliegues