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Mostrando entradas de octubre, 2010

Frases perdidas en diálogos a solas 8. Sobre quererte a ti siempre.

Ese pequeño infierno llamado reloj es algo que no quiero ver. Porque hoy nos enojamos y estaré puntual para no saber qué hora es. En casa, camino con el hueco de mis brazos, afuera veo llover. Seré necia y llamaré. No quiero que duré mucho tiempo, ya lo he mandado a romper. Las manecillas son la soga de los tontos. A ti te apuntan la nariz. Jugamos en números romanos a que nos tomamos todo el tiempo. Inventamos que se nos pierde el celular y no vemos el atardecer. Llamaré porque le has dado cuerda, al reloj de mi interior.

Peces.

No sé de definiciones Fer, pero decirte esta carta, no es  fácil porque en ti soy yo y ser yo es darte cada centímetro de error e imperfección que hay en esta persona que elegiste. Decirte dos palabras es decirte poco.  Ya soñé que te lo dije y afirmé que vivimos en un sólo ser que desayuna en ese hogar de paz  llamado tú. Lo sabes desde antes, lo sé, siempre ha sido difícil no desbordar algo que no cabe en esta estructura corporal. Te amo, es verdad. Te amo porque juntas somos peces, nos pintaron con pinceles que brillaban, nos escribieron los que buscan. Somos promesa, planes del futuro, páginas que se encuentran en cualquier parte del mundo. Nos volaron por el aire, como cometas, los niños que confiaban en caminar con los ojos cerrados a la orilla de un barranco.  Tengo tus manos y tus alimentos. Me acuesto y lloro. Éstos sentimientos sobrepasan el alma.  No sé si sepas que perdí nueve de diez temores al besarte y te dije por siempre. ¡Qué adolescente me vuelvo cuando

Frases perdidas en diálogos a solas 7. Sobre cumplir años.

Los números impares me gustan, a no ser el dos que tiene otro fin, el tú y yo. Si me gusta el siete es por como  como suena. Si me gusta el uno es por como toca y por como dibuja. Diecinueve me parece un buen número. Si me pongo a contar  me encuentro minutos efímeros y sé que tengo diecinueve años cuatro días días. Sólo puedo cantar lo que quedó en mi memoria.  Momentos Eternos tratando de superar la desaparición del cuerpo, lo que me hace ser diecinueve años, cuatro día días y seis horas con treinta y cinco minutos en este instante. Poco a poco, suspiro a suspiro se va formando el corazón y el pensamiento. A la cuenta me van anotando medidas del tiempo en amor.