El problema es que nunca me he atrevido a olvidar a algún amante. Me recuento las historias de la N a la M y la E. Limpio sus cuadros antes de dormir Guardo boletos de cine, dibujos, enfermedades, intentos de no sé qué y limeranza pero estoy olvidando cómo convivir con ustedes en mis muros. El problema va siendo que cada una está cobrando vida y me despiertan sin saber dónde ponerles. Me quitan el sueño cuando hablan entre ustedes y me hacen abrir un ojo cuando alguien repite una escena que vivimos. cuando M hojea y lee en voz alta sus libros de Baudelaire, de Benedetti y Neruda desde su cama. A veces se me olvida, a veces convivo y a veces quisiera matarles, plantarles flores en sus tumbas. A veces, no puedo controlarme ni un poco.