Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2010

Hemisferio norte.

2006. Tenía 16 años y puedo jurar que lo sentí.  Ahora es diferente. Pero aquella vez fue la primera. Queríamos brincar todas las galaxias juntos. Sé que no había un yo sin un él y viceversa. Trataré de explicártelo: Era celestial y celestialmente muchos de los poderes de humano se te van. Septiembre 2007. Otoño en hemisferio Norte. Lavaba mis manos mientras me miraba en el espejo. Los escalofríos de la desconfianza cubrían mis mejillas. Las fuerzas de humanos volvían a nosotros. Te miré pasar. Sospeché lo que dirías y quise decirlo yo primero. Ya no más de nuestra historia. Au Revoir. Ponía en alto volumen el reproductor en mis audifonos. Diste la vuelta. Corrí a lo más alto del edificio para mirarte partir. Para mirar nuestros últimos momentos. Creo que nuestra historia está escrita en el aire del tiempo, volando hacia algún lugar...continuando para siempre.

Para no enfermar.

Estás aquí.Me conservo extrañandonte. Tomo tu mano, la aprieto fuerte. Es un mensaje enviado. Nuestras cabezas no sintonizan. Te extraño menos cuando no estás conmigo porque la ilusión vive, entonces, me la cuento como los mitos se cuentan de aldea a aldea para que la historia se mantenga viva. ¡Ahora!  Hazme ya no pensar tanto cuando estoy contigo. Bésame, bésame, bésame. Bésame, bésame, bésame. Pásame el volante, por favor. Chocar, chocar, chocar. ¡Conduce a otra dirección por favor! Es un buen momento para no enfermar. Para reaccionar, curar lo males. Romper esta ronda de palabras sin necesidad de estar aquí y besarte, marcarte con la boca toda la fuerza salvaje que bombea mi corazón y comunicarte que te necesito. Es un buen momento para no caer en la enfermedad de no hacer nada.